sábado, octubre 14, 2006

cosa de locos

Eructos y falta de educación: el hombre que todos soñamos ser
Entre escombros y un par de latas de cerveza Duff aparece un hombre de entre 36 y 40 años, con camisa blanca y zapatos negros sin abrochar. Es Homero Simpson´s quien debe lidiar con los papeles de esposo, padre, inspector de seguridad en la planta de energía nuclear de Springfield Estados Unidos, ser un apasionado jugador de bolos, bebedor de cerveza, astronauta, pequeño empresario y payaso entre otras cosas.
Y todo parece ser tan sencillo en su vida cotidiana, pero es en ese mismo instante, cuando calcula sus anhelos y los triunfos que ha obtenido en la vida, donde todo se vuelve peculiar.

Después de los 11 años fue criado por su padre Abraham Simpson, ya que su madre, una hippie radical, tuvo que huir de la justicia por paralizar los negocios del Sr. Burns.

A los 18 años, Homero logró pasar milagrosamente las clases, y entre sobornos con el director de su escuela pudo graduarse con honores. En la preparatoria se destacó por ser un alumno con carencia de interés en deportes y todo tipo de actividades, y sus compañeros no dejaron de nombrar su frase célebre en el anuario: "Increíble, pero me lo comí todo".

Luego de pasar años cesante se casó con Marge Bouvier y encontró trabajo en la planta nuclear, en donde tuvo la distinción de ser el empleado que más tiempo permaneció en el primer nivel. Junto con Marge se establecieron en la Avenida Evergreen Terrace 742, localizada en la sección más agradable para la clase media-alta-baja, de Springfield, a fin de educar a sus tres hijos: Bart, Lisa y Maggie.
A su edad se considera un hombre completamente carente de tecnología y la única pornografía a la que puede acceder, es a las revistas que tengan perros sin ropa, pulgas encueradas y ratones come queso en bikini, para él eso es lo más pervertido que puede existir.
En cuanto a su salud, Homero tiene la increíble suerte de seguir vivo. En una ocasión llegó a subir de peso hasta 136 kg sólo para evitar los ejercicios obligatorios del trabajo. Ha roto cada hueso de su cuerpo, ha sido blanco de disparos, víctima de ataques cardiacos y ha recibido cortes y heridas incontables.
Hace un par de años, en una entrevista que dio a la radio Rock Pop mostró su intención por visitar Chile. Confesó que pondría la taberna de Moe a la orilla del mar, que le apasionaría conocer Santiago, que no dudaría en ir al próximo Festival de Viña del Mar junto a toda su familia y recitar con Sergio Lagos el único poema que se ha aprendido en la vida y justamente es de Pablo Neruda: “puedo escribir los versos mas tristes esta noche y sin embargo no voy a hacerlo porque tragué mucha cerveza Duff”.
Su cerebro está amortiguado por una condición única: " El síndrome de Homero Simpson". Esto le permite soportar varios golpes sin caerse, lo que motivó a Moe, su mejor amigo de la taberna, a entrenarlo para boxeador (con vagabundos). Su cerebro también sufre por el excesivo consumo de cerveza, y por un lápiz de cera incrustado en él, que explicaría su estupidez. También sufre de varios problemas congénitos, el más obvio es la calvicie masculina, dedos chatos y el "trasero Simpson" que es genético. Estos dos últimos han pasado a sus hijos. Homero tiene ligeros problemas en la vista, requiriendo lentes para leer sus revistas de adultos y ver a su fiel compañera, la televisión.
Homero, entre risas y momentos de ternura, ha demostrado una poca capacidad intelectual. Las teorías han sido discutidas durante tiempo: experimentos en el ejercito, constantes golpes en la cabeza, electro-shocks, la persistente exposición a radiación en la planta nuclear, el gen "Simpson" en el cromosoma "Y"; pero se dice que la falta de intelecto de Homero se debe oficialmente a que tiene en el cerebro un lápiz de cera para colorear que el mismo se metió durante su niñez.
Tiene una intensa (pero efímera) pasión por diferentes aficiones. Aunque por naturaleza es hombre sumamente perezoso, es capaz de ejercer un esfuerzo enorme hacia alguna causa, aunque sólo durante períodos cortos de tiempo. Ejemplos de ello son cuando convirtió su garaje en un bar, por un odio temporal que sentía hacia Moe Szyslak, su proveedor de cerveza; cuando intentó imitar y superar a Thomas Edison; cuando convenció a Springfield de que el fin del mundo estaba por llegar o cuando pretendió destapar un complot del equipo local de béisbol haciendo una huelga de hambre.
Suena bastante irónico pensar que los problemas de una persona tan particular, se vean en la representación del característico pueblo donde todos se conocen y se tomen sus historias para hacer burla de la típica familia estadounidense, en donde no es coincidencia que el padre sea el único trabajador que llega a su casa a ver televisión y tomar cerveza, donde Marge cumple a la perfección su rol de madre: cuidar a los niños, levantarse temprano a lavar ropa, despertar a su esposo, ir al supermercado, etc. Esto parece una casa de locos, pero aunque cueste creerlo, esto somos, y es una sátira perfecta para reírnos de nuestros propios problemas y maximizar con las locuras del vecino, todas las experiencias que nos tocan vivir.

texto: Caterinna Migliorelli

2 Comments:

At 8:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

me encanta.. sueño ser como el, o al muy similar pero de carne y hueso Al Bundy (marryed with children) =)


salu2

 
At 12:21 p. m., Anonymous Anónimo said...

sencillamente notable

 

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