miércoles, enero 21, 2009

Balas de papel

Ayer me puse a pensar en la importancia que tuvo en vida, en sus historias de guerra, en las balas que marcaban su piel, en sus rezos en italiano, en su humor bastante peculiar. Pensé por mucho rato en sus visitas inesperadas en mis sueños, cuando algo me quiere decir y el momento en que me avisó que periodismo era lo que me daría de comer el resto de la vida.

Hoy reconozco que se encuentra lejos pero que nos une solo esa estrella que brilla en mi ventana todos los días al atardecer. Basta con mirar al cielo y sentir que nos protege, incluso cuando nos tomamos la casa para hacer celebraciones en grande.

Ayer alguien me dijo que mi Nonno era sabio. Que conocía las herramientas perfectas para cuidar a su familia y pegar un grito en seco cuando algo no le parecía bien.

Yo recuerdo que mi infancia la pasaba en esta misma casa que hoy esconde su presencia, griteríos diarios, comidas caseras y gnoquis hechos por mi papá, tal como mi nonno los preparaba.

Hoy me dieron ganas de volver a sentir el olor de su pipa, de sentir que vive y que me acompaña a hacer los últimos trámites para formar parte de su país. Hoy no quiero comer chocolates, se los quiero regalar todos a él, quiero que me abrace por ser su nieta mayor, por ser la más gritona de la casa y que me castigue en italiano para simular que le entiendo su enojo, mientras disfruto su hermosa forma de chamullar el español.

Hoy mi Nonno de seguro se siente orgulloso de lo que dejó en vida, de cómo lo recordamos y de los cientos de besos acumulados que tenemos para él, porque él fue un luchador, un amigo, un perfecto extranjero que se escapó de su país, fue quien vio una bomba explotar a su lado y quien tuvo que permanecer callado en algún campo de concentración, sin agua, sin familia y con cientos de familiares que se fueron a otro mundo por la injusticia y la maldad.

En honor a ti, que de seguro sabes a lo que me refiero.

Giovanni Migliorelli Migliorelli
Otra víctima de la segunda guerra mundial


Por: Caterinna Migliorell!

5 Comments:

At 4:09 p. m., Anonymous Anónimo said...

hayy kl tiernoo!!
nunk pense k eras asi
k tierno
y k bueno k recuerdes a tu abuelo tan orgullosaa


te kiero gritonaa!!

 
At 5:48 p. m., Blogger nosomosloqueparecemos said...

No sabes como te entiendo, como entiendo esas llamadas "desde el más allá"(como sabes, también me ha pasado). Cuando leo tus letras se me vienen a la mente mil historias, mil caras de ese sabio hombre que nos marcò a todos. Lo recuerdo contigo en sus brazos, golpeando la mesa para mantener ese "imposible silencio italiano". Recuerdo como hoy la primera vez que llegué a tu casa y me recibieron un señor serio y tres guardaespaldas de tu tía Té (tu papà y tus dos tìos) . Pero con el tiempo fuimos conversando y yo creo que el hasta me quiso, quizás por eso después de tanto tiempo lo siento tan cerca...
Ese mismo señor que tenía sus piernas marcadas por las esquirlas de balas me enseñó muchas cosas, ese mismo hombre, mi primer y gran suegro, es por el cual siempre podrás llevar orgullosa el apellido Migliorelli.
Te quiero pendex y sigo queriendo tu casa y por sobretodo a cada uno de ustedes....

 
At 6:43 p. m., Anonymous Anónimo said...

K lindo amigaaaaa
como siempre sigues escribiendo
preciosooo
te kiero muchooo
mane

 
At 6:45 p. m., Blogger Unknown said...

Uy, que bueno, además genial que lo pudiste disfrutar.
El Migliorelli que no era mi abuelo (qué tranquilidad). Aunque me parece que vos tenés la edad de mis hijos mayores, yo la de tu padre y tu abuelo la de mi viejo.
Por lo que escribes tu abuelo, si vivió la guerra en Europa debe haber nacido + o - en el 1915. En esa fecha ya hacía un tiempo que mi abuelo Migliorelli había ido a Argentina, huyendo de otra hambruna, de fin del siglo XIX y en Urbisaglia, Macerata.
Me gusta mucho tu blog y lo iré leyendo despacio. Te mando un beso, Ricardo Migliorelli. Los únicos otros Migliorelli que puedo invitar son mis hijos ya que, como te conté el apellido (en Buenos Aires) casi se extingue con mi viejo.

 
At 10:55 a. m., Anonymous Anónimo said...

Con el tiempo he perdido la facultad de creer en un Dios, pero he encontrado algo más esperanzador y satisfactorio al momento de necesitar alguna ayuda superior que oriente mi camino por esta etapa terrenal. Esos son mis seres queridos que han dejado esta dimensión para pasar a otra, pero siendo energía siguen a tu lado. Cuantas veces me han salvado la vida, me han hecho volver a tener esperanza en cosas que ya las daba por perdidas y... la lista es larga. Todas esas personas que realmente fueron importantes para nosotros y que, también fuimos importantes para ellos, seguirán con nosotros hasta que llegue el momento en que nos vengan a buscar. Es más sano creer en ellos como ángeles de la guarda, en vez de un ente superior que no conozco y no confío en su extraña forma de manejar nuestros destinos. Así que sigue pensando en tu Nonno, porque el siempre estará ahí mientras lo recuerdes con tanta intencidad.

 

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