lunes, mayo 19, 2008

Hoy ya me voy

Antes de comenzar a escribir, Emilia secó las lágrimas que le impedían comenzar su viaje. Tomó un par de hojas y el lápiz a tinta que la acompañaba siempre.

Esta vez me despediré de cada detalle, de cada gesto y de los momentos especiales que hoy recuerdo como una fotografía a punto de ser velada.

Es momento de ser fuerte, tomar mis cosas y sonreír, de seguir el camino sola, junto a mis libros, mis manías y el recuerdo de los buenos momentos, de las caricias y del brillo que mis ojos expresaron cuando veía una sonrisa en tu rostro.

Mientras las líneas se teñían del negro que salía de ese lápiz y se llenaba la hoja de aureolas transparentes por las lágrimas que le caían, Emilia siguió escribiendo emocionada.

Es hora de partir pero antes quiero decirle adiós, adiós a esos escalones que siempre temí porque de un momento a otro me llevarían a caer, adiós al azúcar que gasté y los cafés que entibiaron mis conversaciones y risas en tu cocina; adiós al agua hervida y a los huevos que quedaron sin cocinar.

Adiós a tu cubrecama blanco que de seguro extrañará las marcas de mis zapatos, el calor de mi piel y el peso de mi cuerpo cansado de estar caminando sin ninguna dirección.

Adiós a mi sombra que se reflejaba en tu pared mientras me observabas sentada en el computador; adiós a las pocas horas que pasamos juntos, a los estacionamientos que nunca se ocuparon en un cine o una plaza, adiós a los aplausos del teatro que nunca visitamos, a las butacas de un concierto al aire libre, a las huellas que dejamos abandonadas en un Museo o en un emporio lleno de helados artesanales.

Adiós a las canciones que hablaban de amor y que nunca fueron mías, a los abrazos cálidos de un comienzo, adiós a la tibieza de tus labios, a las risas, las historias, las fiestas y el ánimo.

Hoy me despido de tu perro, de tu mirada, de tu ego, de tu letra, me despido de tu voz, de lo que no viste dentro de mi corazón, de lo que nunca fuiste capaz de valorar, de mis infinitas ganas de estar contigo, de mi cariño verdadero, sincero y transparente. Me despido de las esperas, de tus amigos, del primer desayuno en una bomba de bencina (y el último por cierto); me despido de tu parte en una carretera colapsada de silencio, de tus sentimientos independientes y tu estudio rebuscado, me despido de tus horas en soledad y tus reflexiones de semanas en donde me dejaste sola.

Hoy me despido sonriendo porque te quise, angustiada por la incertidumbre de saber si me extrañas y con pena porque a pesar de todo, creo que ya no estás aquí.

Emilia sacó un sobre de su mochila, arrancó la hoja y guardó sus sentimientos teñidos de nostalgia. Caminó por un parque rodeado de sauces llorones y los acompañó pensando… pero de pronto algo le dijo que era tarde por lo que corrió a su destino y gritó…
Sin vergüenzas, ni temores ni nada…
HOY YA ME VOY

Texto: Caterinna Migliorelli

2 Comments:

At 4:12 p. m., Blogger sickboy said...

Una fría y helada mañana, no hay mucho que decir, sobre las cosas retenidas en mi mente. Y mientras estaba amaneciendo, mi avión se fue, así que no te vayas.

Mi Caterinna, los sueños se escriben en papel y con el tiempo se ponen amarillos, se marchitan y desaparecen... me alegro que tú no seas así, pero esto no es para ti.

Me siento orgulloso de ver como cada día escribes mejor.

 
At 6:18 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es cierto... "Cuando no hay nada que decir...es mejor callar" lo que no quiere decir que fundas tus sentimientos por miedo a la incomprensión. Tú nunca lo haz echo y por eso mismo, me siento orgullosa de tenerte junto a mí, como amiga, compañera, consejera y alma casi gemela. No tengas miedo de lo que vendrá... la vida es un libro abierto donde sólo tú y las personas más importantes en tu vida le dan color y emoción... e incluso a veces los que pasan sin hacer mucho ruido dejan huellas, que a largo plazo, te ayudan a enfrentar ciertos retos que nos impone la vida.
Sólo quiero agregar una cosa... "hay que dejar partir... si era para ti volverá... si no vuelve... es porque nunca lo fue" suena chiclé, pero entenderas que a fin de cuentas cuando pasa la tormenta, estos mismo chiles son los que se vuelven casi compañeros de vida.
te quiero amiga.
Mane

 

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