jueves, marzo 20, 2008

BRAVO, BRAVISSIMO

Zapatos de colores, mujeres casi salidas de la peluquería y elegantes hombres vestidos de terno opaco, fueron los que le dieron vida a una de las presentaciones de música orquestada con más aires de rock en la búsqueda de entradas gratuitas que colapsó anoche la primera presentación en el Parque Bicentenario.

No estaba en la piazza del popolo, ni en la de San Marco, no tenía a mi alrededor a italianos o alemanes para creer que estaba en Europa, ni había pagado Euros por escuchar la música de mi película favorita.

Yo era perraje. Fui una de las personas que estuvo pegada al computador el pasado lunes 10, la que terminó con el mouse destrozado de tantos clic que hice para conseguir entradas dobles que Celfin Capital regaló al público general para la celebración de sus 20 años de trayectoria, pero felizmente una de las 2500 que consiguió dos entradas para aplaudir a uno de los grandes músicos italianos.

Todo partió perfecto. Un coro que emocionó con sus voces avasalladoras. Hubo momentos en que temas como los de La misión y su "Ave María Guaraní” provocaron suspiros, ojos empapados en lágrimas y aplausos acelerados e impacientes por escuchar el repertorio de 2 horas, acompañado del Coro Sinfónico de la Universidad de Chile y la Orquesta Sinfónica de Roma.


Los minutos pasaban y el frío se hacía presente. Tocó el turno de Giuseppe Tornatore y la colaboración de Morricone en la película Cinema Paradiso. La gente a mi alrededor se tomaba la cabeza, suspiraba y miraba el cielo; tal vez imaginaban una piazza plagada de gente que esperaba entrar a un teatro de pueblo y sorprenderse con películas completamente censuradas por el cura amigo de Salvatore y Alfredo. Los violines, el arpa, la calidez de los contrabajos y la dirección de Ennio Morricone, se entrelazaron para presentar las mejores melodías de una de las películas más premiadas hace más de dos décadas.

Luego vino el turno de "La leyenda de 1900" y "Malena", para continuar con recopilaciones de sus trabajos para las reconocidas películas "Érase una vez en América" y "Los intocables" del año 1987.

Las obras del destacado director Sergio Leone, no dejaron indiferentes a las más de 10 mil personas que llenaron el Parque con melodías de El Bueno, el Malo y el Feo; Érase una vez en el Oeste, y Agáchate Maldito.

A pesar de un pequeño inconveniente con las luces de las lámparas que adornaban el mágico lugar, Morricone sorprendió, emocionó y hasta hizo recordar que la cultura, el arte y la poesía se pueden encontrar en cualquier lado.


Finalizó su presentación con los temas “El Oboe de Gabriel”, “Cataratas” y “En el Cielo como en la Tierra” de la destacada película La misión, la que se basa principalmente en las guerras guaraníticas, en donde la orden de la Compañía de Jesús evangelizó y educó a los indios, construyendo civilizadas comunidades durante 100 años, las que más tarde fueron extinguidas, sus habitantes asesinados y deportados como esclavos a Brasil.

Luego de esta presentación solemne que terminó con todo el público aplaudiendo de pie y gritando de emoción, confirmo que el título de músicos se canjea en sellos discográficos, pero el de maestros, esos son aquellos que nacen con el DO RE MI tatuado en la piel.

Gracias Morricone por inyectar nuestros oídos de lo mejor, en las puertas a una nueva estación que anoche, sin piedad, se hizo presente en el coliseo de Vitacura.
Texto: Caternna Migliorelli

domingo, marzo 02, 2008

Lo mejor de lo mejor

Stefan Kramer como Fabrizio.





Kramer como Gonzalo Pegas y Lindorfo.


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