miércoles, agosto 22, 2007

Bi en v e n i da re a l i d ad


Noviembre confirmó que su enfermedad no era la ceguera de un amor.
Noviembre confirmó que la artritis era hereditaria y el culpable de sus dolores no venía de tanta carta con odio dirigida a un anónimo.
El pobre vagabundo no podía calmar su dolor y sus lágrimas estarían depositadas en su corazón por y para siempre.
Noviembre me devolvió la risa, la felicidad de una palabra y el saber que en esta vida todo, todo, todo se devuelve.
Noviembre, como un ermitaño adolorido por la perdida de su entorno, confirmó que el daño existe, crece y en algún momento se devuelve.
Noviembre me quiere, me respeta y de seguro me envidia.

A ti noviembre, gracias por todo lo que diste, escribiste y pensaste, porque hoy confirmo que el daño es simplemente el antagonista de mi felicidad.
A ti, noviembre querido, busca tu felicidad en otra cuadra, en otra esquina y con un horizonte que llegue a tu nivel.
Texto: Caterinna Migliorelli


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