Un periodismo que se forma en un columpio y grita desde las alturas de un balancín

Plata. El dinero recaudado en estos cuatro meses de búsqueda, le ha ganado a la Teletón de los últimos años, a lo que los supermercados de Chile juntan para el Hogar de Cristo y no cabe duda que la cantidad de ceros, supera a la cifra recaudada por la estafa de la Fundación del Niño Agredido. U$ 2 millones es aproximadamente la plata que se ha juntado para conseguir pistas de la misteriosa muerte de Madeleine y son exactamente sus padres los que están haciendo esta campaña mediática para obtener respuestas.

Se han preguntado en qué se ha ocupado el dinero si no es para hacer un par de afiches que cuelgan en la calle y pedirle a famosillos que graben comerciales para buscar a esta pequeña niña desaparecida el 3 de mayo.

Solo han esperado, sentados en una habitación tomando un bacalao dorado, que las pistas lleguen acompañadas de palabras de aliento de lores y príncipes o invitaciones a programas de televisión, al Vaticano y a recorrer gratuitamente ciudades para hablar sin decir nada. ¿Qué pasará por la cabeza de Kate McCann que cada vez que quiere hablar, es interrumpida por su marido Gerry?...

Viajar por Europa teniendo alojamiento, comida y traslado gratis, no le viene mal a nadie, además el viejo continente se visita una vez en la vida por lo que las oportunidades se deben aprovechar y ningún plan puede ser destruido por una distracción.

Popularidad. ¿Qué padres pueden tener tan buena cara y la valentía para pasearse por cientos de sets de televisión para dar entrevistas, siempre con un cutis resplandeciente, con la mejor tenida, aros acorde a la vestimenta, zapatos y corbatas de último modelo, solo para llamar la atención de los “supuestos secuestradores” y encontrar sana y salva a su hija; dónde quedaron las lágrimas, las palabras conmovedoras, los desmayos, los kilos que se pierden cuando un hijo está extraviado y las desgarradoras imágenes de dolor y desesperación para llegar al corazón de los supuestos ladrones?

Qué pensará la madre de Jorge Matute Johns, que hasta el día de hoy llora desgarradamente cuando le preguntan por la trágica desaparición de su hijo.

Publicidad. Hay cientos de niños secuestrados en el mundo que solo sus padres y entorno más cercano, comparten la angustia e incertidumbre por conocer su paradero.

¿Alguien alguna vez guardó las cajas de leche Soprole por si reconocía a algún niño desaparecido en la calle? Esta es exactamente la estrategia de la que se están enganchando cientos de empresas, medios, escritores, marcas, personajes públicos y un sin fin de entidades que buscan fama, popularidad, espacios, titulares y dinero por medio de la desgracia de una víctima de padres a los que implícitamente, hacen llegar dinero sucio para que sigan agrandando sus cuentas de ahorro y sigan teniéndolo de todo.

Supremacía primermundista. ¿Por qué ellos pueden haber conseguido más apoyo de los medios de comunicación que familias provenientes de países menos desarrollados que Inglaterra, las cuales también han perdido a seres queridos y no han logrado el minuto de fama como el de estos ingleses que dejan solos a sus hijos para salir a carretiar? de seguro creen que por llevar un estilo de vida superior a la gente latina, con una situación económica más estrecha, o por tener apellido compuesto, pueden venir a mover el mundo, reunir la mayor cantidad de cámaras, las mejores entrevistas y las lucas indispensables para seguir viajando, seguir hospedándose en hoteles lujosos, con piscinas temperadas, desayuno a la cama y el diario con portadas desgarradoras de la pequeña que fue víctima de su incógnito y bien pensado homicidio.

Son padres porque los hijos son la base del matrimonio. Alguna vez se enamoraron y se las dieron de modernos. Kate dejó de consumir anticonceptivos y empezaron a traer hijos al mundo, y como no les resultó de la forma natural, no les quedó otra que ganarse el título por inseminación artificial de un desconocido.

Con las pruebas que hoy existen sobre somníferos que les daban para dormir a esas pobres criaturas, no cabe duda que veían a los hijos como un estorbo y un impedimento para llevar una vida de solteros.

¿Alguien alguna vez se preguntó que tan buena fue la crianza que recibieron los padres de Madeleine cuando eran niños, acaso alguno de ellos fue víctima de maltrato, violaciones o tuvieron una infancia marcada por la ausencia de sus progenitores?

Alguien alguna vez se ha preguntado porque existe el maldito afán por limpiar su imagen. Las últimas portadas de los diarios han hecho evidente esta necesidad. Limpiar la imagen de una persona debe ser caro, sobretodo cuando está manchada por la sangre de una victima tan cercana como tu propia hija.

Los McCann, con las críticas y situaciones en las que se han visto envueltos, dan a entender que algo ocultan, porque son muchas las pistas entregadas por los medios de comunicación para asegurar su participación directa en la desaparición de Madeleine. En el caso de que realmente se compruebe su culpabilidad, el castigo debe estar a la altura de sus mentiras, ya que a todos nos metieron en su juego; y de ser falsa toda esta hipótesis, Dios perdone a las mil y un personas que los enjuiciamos con argumentos y sospechas baratas.

Texto: Caterinna Migliorelli

posted by kt migliorelli @ 11:26 p. m. 9 comments

El divorcio con el rapero Kevin Federline, los centros de rehabilitación, sus declaraciones subidas de tono y la tuición de sus hijos ya es tema añejo, porque aunque cueste creerlo, la reina del pop volvió a los escenarios presentándose el domingo en el último show de los premios MTV Video Music Awards en Las Vegas, con una reaparición mediocre, desorganizada e incluso vulgar.

A la Spears, con 25 años, se le perdió el horizonte, se mostró en el escenario con una mirada turbia, desafinando los play back de sus canciones, con bailarines elevados en testosterona tras miradas ardientes al público, y con un sobrepeso que a más de algún fans impactó.

El traje escogido para la ocasión no podía ser peor: el conjunto de ropa interior negro plateado y botas altas con las que interpretó su último single “gimme more” mostró el notorio sobrepeso provocado por la cantidad de fiestas al estilo todo vale, por lo que el éxtasis, los ansiolíticos y la cocaína pre show no quedaron de lado.

Luego del vergonzoso exhibicionismo en el escenario, Britney se ahogó en lágrimas; por un lado se dio cuenta de su patética presentación al estilo Pasapoga en que fue el hazme reír de cientos de periodistas e invitados y como una yegua, se ofendió por el trato entregado a sus hijos en la presentación de la comediante Sarah Silverman, la cual los calificó como”adorables errores”.
Sin lugar a dudas Spears tocó fondo. Su cuerpo no es ni parecido al que veíamos en una cancha de basketball hace nueve años atrás, enamorándonos con “Baby one more time” o su angelical mirada que transmitía a los jóvenes respeto, virginidad y amor verdadero. Hoy su rostro se transformó en el mejor ejemplo de la decadencia hecha persona. ¿El ocaso de la heredera al trono de un estilo que marcará décadas, habrá llegado al fin?

Texto: Caterinna Migliorelli