sábado, junio 16, 2007

Entrelazando colores


Era una historia antigua, vieja y de esas que se destiñen con el correr de los años.
Era una historia trillada y de las típicas que, entre sus rimas asonantes, hay mezclas hermosas de amor.

Sus hilos entrelazaban un sin fin de alusiones al amor verdadero, desesperado.
Sus colores encandilaban cualquier pupila despertando a la realidad de la vida, y su textura, era algo así como tocar seda y rozar los labios de quien te produce eterna felicidad.
Sus labios eran delgados y transparentes, su mirada, me hacia recordar la calidez de las palabras que mi papá comparte para aprender las cosas buenas y malas de la vida; sus manos me provocaban tranquilidad, confianza y su corazón, no había nada como ese corazón que latía entre un pecho contaminado de humo que el mismo dejaba entrar a su cuerpo. Entre la incertidumbre de ese smog que lo estaba consumiendo, se encontraba el mejor y más verdadero sentimiento.

Yo también te quiero….
Dije y de un momento a otro, desperté de un sueño que se hacía realidad.
Texto: Caterinna Migliorelli

sábado, junio 02, 2007

Con un espejo en mis manos



Soy histérica, dramática, sentimental y querendona. Me gustan los chocolates, el café y conversar por teléfono… Tengo más historias que lápices para escribir y un cuaderno lleno de dibujos extraños que enorgullecen a mi mamá.
Me he enamorado una vez en la vida y fue lo peor que me pudo pasar, amé, canté y hasta grabé un cd en mi imaginación, con esas antiguas canciones de un tal Rodríguez que se cree poeta barato. Aunque cueste, es el poeta más grandioso de los que pisan mi casa cada mañana y revienta los ventanales de mi living por su voz, su color y sus letras comprimidas en amor. Su poesía me ahoga, me daña, me alegra y me hace dormir y recordar lo que fui ayer en alguna parte de su casa.
Dicen que soy un desastre total. Mi closet es único en su orden engorroso, mi repisa se ahoga de papeles de diferentes texturas, con diferente letras y portadas vivas y muertas… tengo esa maldita adicción a la literatura que alguna vez aprendí y se volvió la peor pesadilla para la billetera de mi papá.
Dicen que tengo ganas de no tener ganas pero por más que escucho ese horrible cd que quisiera poner como vinilo antiguo, su portugués barato me aniquila el deseo de volver a creer.
Aprovecho al máximo los días, las tardes, las puestas de sol y los momentos de soledad que me envuelven, me abrazan, me hacen reír y querer seguir viviendo la vida con alegría y tranquilidad verdadera…
Texto: Caterinna Migliorelli



Dicen que las piedras que están en la calle, son el vivo relato de la impotencia comprimida de los que caminaron sin mirar el suelo, de los que dejaron caer entre lágrimas, el peso que sus mochilas no podían soportar por la pena acumulada en el corazón.
Dicen que la mejor forma de pasar un mal momento, es acompañarse por lo que más llena tu sonrisa apagada.
Ayer mientras contaba las estrellas que golpeaban las nubes en mi ventana, escuché a lo lejos como mi memoria cantaba sin razón y como la soledad se volvió tan especial en algún punto de la calle…

Caterinna Migliorelli


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